Esta publicación constituye una magnífica aportación al conocimiento de las antiguas obras hidráulicas. Juan Antonio Fernández, su autor, llegado a Zaragoza en 1797, recoge en este manuscrito numerosos datos de gran importancia sobre el descubrimiento en el río Ebro de las gruesas tuberías de plomo que constituían un parte importante del abastecimiento romano de agua a la ciudad. La publicación se completa con un texto preliminar sobre el manuscrito y su autor y sendos estudios sobre la conducción de aguas a Caesaraugusta y sobre el contenido epigráfico.